La leyenda del silbón.

Según cuenta la leyenda, en la sabana venezolana en pleno verano se puede ver al silbón sentado sobre un tronco , tranquilo pero que en cuanto llegan las lluvias y la humedad vaga como alma en pena en busca de alimento.

Se suele aparecer a borrachos, mujeriegos y a algún que otro inocente que se encuentre por el camino . A los borrachos , muerde su ombligo para succionar el alcohol que han ingerido provocándoles una muerte larga y dolorosa. Y a los mujeriegos los descuartiza , guardando todos sus huesos en un gran saco, donde dicen que lleva los huesos de su padre.

Cuentan que por las noches se para en la puerta de las casas, se sienta en el suelo y se dedica a vaciar su saco. Comienza a sacar los huesos de sus víctimas y los cuenta. Si una o dos personas de la casa lo oyen no pasa nada pero si por el contrario, no lo oye nadie, un miembro de la familia no despertara nunca jamas.

Cuenta la leyenda que existia una familia de cuatro miembros, uno de ellos un hijo maleducado y consentido.  Un día se levanto con el antojo de comer hígados y su padre harto de que se los pidiera decidió ir a cazarlo a sabiendas de que no podría regresar a casa sin una buena ración de hígados para su hijo.

Había llegado la noche y, viendo que su padre tardaba en regresar decidió salir al bosque a buscarlo. Al darle encuentro y enterarse de que el padre no había conseguido ningún hígado para el dedicidio matarlo y sacarle el suyo.

Llego a casa y le dio el hígado a su madre para que se lo cocinara. Esta lo puzo en un cazo a cocer pero viendo que el marido tardaba y que el hígado todavía estaba duro le pregunto a su hijo si el hígado era de su padre.

Este le contesto que si y entonces su madre muy furiosa lo maldijo para siempre. Su hermano Juan lo persiguió y acabo con su vida, condenándolo a ser un alma errante eternamente.

Altar de El Silbón (en Venezuela)